Cuentan los cronistas que entre los años 1580 - 1590 los pobladores de Huamantanga habiendo construido una capilla en el lugar hoy conocido como "Plaza Vieja" necesitaban de un crucifijo.
Con dicho propósito enviaron a los vecinos para dirigirse a la ciudad de los Reyes y contratar a una persona encargada de cumplir con dicho objetivo. Al llegar al portachuelo de Puruchuco, advirtieron que por la quebrada de Socos se acercaba un viajero montado sobre un caballo blanco.
Al encontrarse al viajero les preguntó: "¿A dónde vais hijos?". "vamos a buscar un albañil, escultor y carpintero". El les respondió: "yo voy en busca de trabajo a Huamantanga porque soy albañil, escultor y carpintero". Los comisionados creyeron en sus palabras y acordaron regresar al pueblo...